Arrancó el 2018, un año que promete mucho pues la materialización real y palpable será posible y más inmediato que nunca; ‘empiece a sembrar para cosechar’, esta puede ser la premisa de este 2018. Este año empieza el día lunes 1 de enero, la semana arranca con dos aspectos importantes, de efectos perdurables durante varios días y meses; la Luna llena en Cáncer el lunes 1 y el fin de la retrogradación de Urano el 2. Sí, el señor de los cielos por fin se pone directo luego de cinco meses retrógrado (4 de agosto de 2017).
El lunes 1 de enero se da una de las dos lunas llenas que habrá en Cáncer este año (la otra será el 22 de diciembre de 2018). El año se inaugura con la energía de conectar con las emociones, recordar lo importante que es reconocer las memorias familiares, sean cuales sean. Frente a la Luna en Cáncer está el Sol en Capricornio, este eje Cáncer/Capricornio representa el impulso a construir un sentido de pertenencia. Cáncer lo hace a través de la familia, el hogar, las memorias infantiles; mientras que Capricornio aporta energía para concretar metas socio económicas, bases para el crecimiento profesional. Esta luna recuerda la importancia de desprogramar aquellos patrones inconscientes que uno involuntariamente trae del papá, la mamá y la familia en general (algunos empoderan, otros joden). La luna está potenciada por aspectos armoniosos con Marte y Júpiter en Escorpio, el famosísimo y muy de moda empoderamiento nace de ir entendiendo con amabilidad quién es uno, trasmutando la inconformidad que exista con la realidad que haya (porque se vale no estar conforme) y volverla vibración alta para transformarla, elevar la frecuencia para no joderse, darse espacio para sentir, sea lo sea que sienta uno.
La Luna también formará un trígono perfecto con Neptuno en Piscis lo cual vigoriza la intuición y el sexto sentido de todos aquellos con Sol, Luna o Ascendente en signos de agua. Tauro y Virgo también se benefician de esta energía pues están a 60° de la región zodiacal de Cáncer.
Llega el martes 2 y este día está bomba. Urano, dios griego del cielo nocturno arranca directo luego de estar retrógrado desde agosto de 2017. Urano es el planeta más drástico e impredecible de todos, electrizante como él solo. No está de más recordar que cuando un planeta está retrógrado sus efectos dejan de manifestarse con normalidad, entran como en ‘slow mo’, así mismo cuando recobran su moción directa pues es de esperarse que también aparezcan sus efectos con total fuerza.
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