Caleña, estudió artes visuales y vive en Bogotá hace año y medio. Ha trabajado para Vice, haciendo carteles para festivales, ilustraciones para periódicos y revistas y además de todo es tatuadora handpoke.
Tiene un interés casi fetichista con el cuerpo femenino, la naturaleza, las manos, las dagas y las calaveras, intenta explorar mucho el estilo japonés por su delicadeza. Sus paletas pueden ser tanto pasteles como saturadas llegando a lo psicodélico y su trabajo está cargado de paciencia y rigurosidad en la línea.