Y ¿para qué uno toca fondo? Para apagar la luz y conectarse con la oscuridad, para coger impulso y volver a salir, para hacer contraste y para crecer. Empieza otra semana y así llega el final del reinado escorpiano, durante los próximos siete días se avecinan dos eventos muy propicios para salir del baúl, agradecer por lo aprendido y arrancar, el Sol finalmente abandona el lago profundo de Escorpio para entrar de lleno al jardín verde optimista de Sagitario; como si fuera poco Neptuno, quien está retrógrado desde junio, arranca directo al día siguiente.
‘Tocar fondo’ es algo muy personal y por ende es incomparable entre una y otra persona, para algunos es encontrarse solo en una habitación haciéndole frente a todos los miedos e inseguridades, para otros es perder un vuelo de avión (el cual lo llevaba hacia otro país donde empezaría un nuevo trabajo) por irse de fiesta y no medir los tiempos, son circunstancias diferentes pero afloran lo mismo, bloqueos, miedos, hábitos que hay que mutar, en fin, ahí uno se da cuenta que tocar fondo sirve para entender que hay cambios que son inaplazables, que la vida es ir a lo más oscuro para abrazar luego la luz. Cuando el Sol abandona al sombrío Escorpio y entra en el súper alegre Sagitario se siente como salir de una depresión de esas duras y arrancar de nuevo, el Sol vuelve a brillar y uno empieza a ver con más claridad todo, no hay cosa más radiante, alegre y entusiasta que la energía Sagitario. El martes 21 el Sol se pone en el 0º de Sagitario dándole inicio al viaje de la flecha libre que busca su blanco para alcanzar sus ambiciones. Llega una temporada gozosa y campante donde uno sale del cuarto ese dónde se metió todo noviembre para ir y tirarse a un parque y disfrutar de la vida, así. Por ‘pura coincidencia’ (y para mi esa charada no existe) Neptuno, el gran Poseidón para los griegos y señor de los mares, los sueños, la fantasía y los ideales arranca directo en el 28º de Piscis, luego de casi cuatro meses estar retrógrado.
Neptuno rige las grandes ilusiones y anhelos, aquellos sueños que están conectados con dejar este lugar mejor de lo que lo encontramos. Es un solapado y poderoso desintegrador del ego que llama a la unidad, es el maestro de la sensibilidad y la inspiración más elevada (de ahí que se le relacione con los músicos, compositores, pintores y grandes religiosos). Habiendo dicho esto pues la ecuación se va resolviendo sola y responde la pregunta inicial, ¿para qué uno tocó fondo? Para entender qué es lo que separa el anhelo del hecho; los sueños y grandes anhelos no se materializarán (y esto se hará más evidente cuando llegue enero y el Sol entre a Capricornio) si no hay conciencia de que el mejor verdugo de uno es precisamente uno mismo.
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